Nuestra filosofía - Kajukenbo & Filipino Martial Arts (Spain)

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Nuestra filosofía

K.S.D.C.

El Kajukenbo, un arte marcial ecléctico, que surge a finales de la década de los 40 en Honolulu, Hawai, con una única finalidad, la de obtener la máxima eficacia y contundencia a la hora de repeler una agresión en la calle.


Aunque resulte paradójico, pocas son las personas que consiguen entender lo que implica la práctica de una disciplina marcial de estas características. Muchos se acercan con la certeza de que aquí encontrarán las estructuras y la metodología adecuada para obtener los conocimientos y habilidades que le proporcionarán el éxito en cualquier conflicto callejero.

Sin embargo, desde nuestro punto de vista, no existe la disciplina marcial perfecta. Aunque quizás debiéramos matizar tal apreciación. Probablemente resulte que no son tan erróneos los patrones o estructuras utilizadas en la práctica de la disciplina marcial sino la perspectiva, capacidad y habilidades desarrolladas por el individuo y su posterior aplicación. Existe una diversidad de factores que pueden hacer mermar la eficacia, la contundencia, el adecuado control, el suficiente raciocinio para identificar el grado de agresión al que pudiéramos estar expuestos...

El análisis pormenorizado de estos factores y elementos pueden darnos las claves necesarias para obtener la dirección y enfoque en los contenidos de nuestras estructuras defensivas y ofensivas.



"Sin embargo, la faceta más importante que debemos dominar, a nuestro juicio, es la de comprender el significado y el modo de dotar de inteligencia a nuestras emociones. Sin la adecuada educación emocional no conseguiremos un elemento esencial, el autocontrol"


Todo esto supone entender la evidente necesidad de investigar, contrastar y experimentar para conseguir un mayor acercamiento, si cabe, a la auténtica defensa personal. Muchos admiten que todo está inventado, posiblemente. Pero si es así ¿por qué no iba a seguir investigando y aprendiendo de esa parcela que está inventada y que desconozco o no domino convenientemente? Descubrir estructuras y métodos que pudieran dar más eficacia o enriquecer más nuestra búsqueda implicaría estar dentro de una idea permanente, EVOLUCIÓN.

“Lo difícil es no desviarse de tal propósito. ¿Serías lo suficientemente honesto para admitir que no tienes el dominio y el conocimiento absoluto? Si es así, entonces ya tenemos parte del camino recorrido…”


Por lo tanto, llegados a este punto, debemos ser conscientes de cual es nuestro interés respecto a la disciplina que hemos elegido para su aprendizaje y práctica. No es lo mismo un entrenamiento enfocado a la competición que un entrenamiento en una disciplina cuyos parámetros están enfocados a la pura defensa personal.

Nuestra elección es el Kajukenbo porque, en su esencia, el concepto y la idea hace que nuestra perspectiva sea ilimitada y donde las artes marciales filipinas nos aportan su infinita versatilidad. Sus estructuras, fundamentalmente, enfocadas al manejo de armas (bastón, espada, daga, cuchillo, machete, etc.). Resultan idóneas y perfectamente extrapolables al trabajo a mano vacía. Tal es la evidencia, que existen estructuras concebidas para tal fin; el dumog, panantukan, etc.

El resultado es obvio debido a sus contenidos, principios y conceptos. Si aprendemos a canalizar y dirigir de la manera más adecuada todos estos elementos es más que probable que nos proporcione una perspectiva tan amplia como seamos capaces de explorar y asimilar. Incluso cuando el resultado final sea la más pura “economía de movimiento" y "simplicidad”, dentro del contexto que nos ocupa, la defensa personal.


"Pero recuerda que todo esto carece de importancia si le das más valor a las cualidades técnicas que a las cualidades espirituales. Probablemente, todo quedará olvidado en algún rincón de tu mente si no cultivas tu espíritu. Con el transcurso del tiempo habrá un declive en nuestras cualidades físicas, es inevitable. Pero no debe afectar a nuestra actitud mental y espiritual porque debemos asumir que es parte del proceso. El haber cultivado valores esenciales que se reflejan día a día con nuestra actitud frente a la vida, para con los demás, para con nosotros mismos es, sin duda, el camino.


Si además, has dedicado parte de tu vida a enseñar y transmitir convenientemente valores a tus alumnos a través de las artes marciales como vía o camino; cultivando el carácter y la personalidad, como parte esencial en el proceso de autoconocimiento, de autocontrol y donde el ego carece de toda importancia. Donde el autodescubrimiento y el conocimiento de los límites dará como resultado a mejores personas para nuestra sociedad que sepan apreciar la vida, a través del respeto a sus semejantes. Entonces tu contribución con el arte y a un mundo mejor permanecerá siempre entre nosotros".

 
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